Marlaska fulmina el término ‘bandas latinas’ y ordena a la Policía que les llame «jóvenes conflictivos»
OKDIARIO ha tenido acceso a documentos exclusivos en los que se pide que los agentes que eviten el adjetivo “latino”
A los vigilantes del metro de Madrid la Policía les prohíbe mencionar en sus informes “las etnias”c
Orden a la Policía de “generar percepción de seguridad en los ciudadanos” ante las bandas latinas
Tras una serie de violentos enfrentamientos entre bandas latinas en diferentes puntos de Madrid que acabaron con la muerte de dos miembros de estos grupos violentos, el Cuerpo Nacional de Policía puso en marcha un ambicioso plan de seguridad para blindar la capital de España durante al menos todo el mes de febrero con la presencia de 500 agentes en las calles de 10 de los 21 distritos de Madrid. OKDIARIO ha tenido acceso a documentación exclusiva que demuestra que al Ministerio del Interior, además de la seguridad de los ciudadanos le preocupa, y mucho, la propaganda: prohibido hablar de bandas latinas. Son “jóvenes conflictivos”. Así, tal cual, aparece en una orden a los vigilantes del Metro de Madrid que obra en poder de este periódico.
Desde el pasado 10 de febrero hasta el próximo día 28 la seguridad policial en la ciudad de Madrid va a estar condicionada a la orden de servicio 223/22, una denominación muy técnica que se entiende un poco mejor cuando se conoce el nombre de la instrucción: “Plan de actuación contra las bandas juveniles”, que pone en rojo literalmente la mitad del mapa de la ciudad de Madrid. El documento, revelado en exclusiva por este periódico, lo firman el jefe regional de Operaciones y el jefe superior de Policía de Madrid, quienes rubrican un plan perfectamente detallado para evitar una guerra entre bandas latinas en la ciudad de Madrid que lleva años abiertamente declarada, pero que en las últimas fechas está trasladando su violencia a barrios inéditos en este tipo de episodios hasta ahora.
Los machetazos grabados por las cámaras de seguridad de una discoteca en plena calle Atocha o el asalto a un grupo de jóvenes vecinos del acomodado barrio del norte de Madrid de Montecarmelo es el único detonante para la puesta en marcha de este plan. Fuentes policiales que pisan las calles de Madrid noche sí y noche también, consultadas por este diario, han mostrado su sorpresa por la puesta en marcha de un plan que llega justo cuando la violencia aparece en lugares inusuales hasta ahora: “No hay fin de semana sin machetes en Madrid desde un tiempo a esta parte, pero parece que ahora la alarma social ha puesto las pilas a los que pueden ordenar este tipo de actuaciones”, explican estas fuentes.
Evitar «juicios de valor» en atestados
De hecho, tal y como refleja el propio plan policial revelado por este periódico, uno de los objetivos concretos de sacar 500 policías a las calles de Madrid es “generar una percepción objetiva y subjetiva de seguridad en los ciudadanos, principalmente en los distritos afectados”. Es sólo una de las reflexiones que llama la atención en un plan presuntamente técnico, porque otro de los párrafos difíciles de entender es que en este documento se conmine a los agentes a no plasmar en los atentados que realicen tras llevar a cabo detenciones “juicios de valor”.
Pues lo que parece una anécdota que bien podría ser un desliz pese a aparecer en negrita y subrayado en el texto policial, adquiere categoría de orden formal gracias al segundo de los documentos a los que ha tenido acceso este periódico. Se trata de una comunicación de régimen interior al personal de seguridad privada del metro de Madrid. Tradicionalmente, el suburbano madrileño ha sido escenario de violentas escaramuzas entre bandas latinas sin poder los vigilantes de seguridad más que tratar de ahuyentar a los agresores mientras usaban sus limitados recursos, muy alejados de los infames machetes de 60 centímetros de hoja. Pues bien, en esa orden interna no se avisa a los vigilantes de que se les va a dotar de más medios, ni de refuerzos, no. Lo que dice la orden es que los vigilantes, en el caso de tener que elaborar algún informe por la detección de alguna pelea, tengan cuidado con lo que ponen.
Textualmente la orden dice: “Es muy importante que los vigilantes que detecten la presencia de este tipo de individuos (vienen de mencionar el operativo contra bandas) se comunique, y, a la hora de elaborar los informes no se haga referencia a las etnias de los implicados. Hay que definirles como ‘banda de jóvenes conflictivos’”. La cuestión es: ¿quién es el responsable de este tipo de orden?
Todo lo que ocurre en el metro de Madrid en materia de seguridad es jurisdicción de la Brigada Móvil del Cuerpo Nacional de Policía. Son ellos los que como autoridad policial deciden la rutina de trabajo en el metro. De hecho, el comunicado al que ha tenido acceso este periódico menciona a esta brigada al inicio del texto y está firmado justo el día antes de la puesta en marcha del plan. Esta nota y las alusiones del plan policial ha generado cierto malestar en el sector de la seguridad pública y privada de la capital. Sorprende que, en medio de una guerra a machetazos entre bandas lo que importe sea no usar determinadas palabras, porque, lo llames como lo llames, el problema sigue estando ahí.